Una de las ceremonias, o hábitos más antiguos e importantes para los creyentes, es la oración. Mediante la oración se puede alabar, adorar, solicitar y agradecer a Dios, se considera que orar en la mañana es uno de los mejores hábitos que un creyente puede realizar, pues a través de la oración es posible comunicarse con Dios, ya que es idóneo que se comience el día en plena comunicación con Dios, por ello es necesario recurrir a las oraciones de la mañana.
¿Cómo hablar con Dios?
La oración es un don que Dios otorga para vivir en plena comunicación con él, conocido como un impulso del corazón ocasionado por Dios, que desea hablarnos. La relación con Dios se asemeja, a la de un padre con sus hijos, este los busca, habla, instruye y dirige hacia el camino que desea que estos transiten, ya que todo buen padre desea estar en constante interacción con sus hijos.
Aprender a orar
La mejor forma de aprender a orar es siguiendo el ejemplo de Jesucristo, pues es el modelo perfecto, buscar un lugar silencioso y pacífico donde sea posible concentrarse, ya que Jesucristo siempre se apartaba de todos, para así concentrar su atención a lo que Dios tenía que decir.
Abrir el corazón, expresar lo que se siente y/o necesite, colocando siempre la voluntad de Dios por encima de lo que se desea, lo más importante es tener fe en que Dios escucha y Él otorgará lo mejor.
¿En qué momento debo orar?
Se debe orar todos los días o siempre que sea posible, sin embargo, el mejor momento para orar es en las mañanas, ya que este acto matutino demuestra que la comunicación con Dios es prioridad en la vida.
Es importante evitar la costumbre de orar exclusivamente cuando las cosas están mal, o cuando se necesita respuesta a situaciones que generan preocupación, pues aunque a Dios le agradará cada vez que se dedique tiempo para orar es necesario compartir con Él las cosas buenas de la vida y no sólo las angustias.
¿Para qué sirve orar?
La oración es utilizada como un medio para demostrarle a Dios su importancia en la vida del creyente, por consiguiente se debe tener presente que la oración es el único medio que Dios otorgó para comunicarse con sus hijos, a través de la cual estos pueden elevar su alma y obtener su gracia.