Es la oración de veneración a la santidad y pureza de la madre de Jesús, que incluye esa fe y entrega a su protección e intercesión por nosotros ante Jesús, quien le obedece, le escucha y le acompaña. Aunque Jesús es el único mediador entre nosotros y el padre, María es abogada, Madre y protectora de los cristianos, que nos acerca a Dios, que es nuestro pronto auxilio en nuestras necesidades.
Pasajes bíblicos lo componen
El Ave María está compuesto de pasajes bíblicos y dogmas de fe que narran el momento en que María es visitada por el Arcángel Gabriel y se le hace saber el designio de Dios de que tenga a su hijo, luego cuando es venerada y bendecida por su prima Santa Isabel cuando recién estaba encinta y al saludarle, la criatura en su vientre vibró en un palpito de emoción y energía de vida con su llegada, acá se explica en que versículo bíblico está cada una de sus frases la oración dice así:
La oración
Dios te Salve María, llena eres de gracia y el señor es contigo (Lc 1,28), bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, (Jesús) (Lc 1, 42 que dice así: “¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres! ¡Y también ha bendecido al hijo que tendrás!”).
Santa María, Madre de Dios (“quien soy yo para que la Madre de mi señor venga a verme”, Lc 1, 43), Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. (Juan 2, 3-5: la orden de María en las bodas de Canaán) Amén
Como todas las oraciones católicas, el Ave María termina con un Amén, que significa: así sea.
El Ave María también proviene de la traducción del cántico en latín de alabanza Ave María Gracia Plena, que se realiza en ceremonias especiales donde se reciben sacramentos: Primera comunión, Orden Sacerdotal y Matrimonio, algunas veces en la Confirmación.