Las festividades navideñas son parte central del misterio divino de Jesús, pues en ellas se celebra su nacimiento. Este acontecimiento está marcado por un milagro que obra Dios en María, su madre, quien lo concibe siendo aún virgen.
María, que estaba comprometida con José, atraviesa la difícil realidad de ser vista entre sus vecinos, como una madre que aún no se ha casado, lo cual era peligroso para su integridad física puesto que, podría ser demandada, apedreada o José podía anular su compromiso matrimonial. Aunque esta idea le cruza la mente, José tiene una revelación en la cual un ángel le calma y le explica que ese niño que lleva María en su vientre es hijo de Dios.
El primer pesebre navideño
La primera recreación del nacimiento de Jesús lo hizo san Francisco de Asís, en 1223. Francisco se encontraba en un bosque, meditando el pasaje bíblico del evangelista Lucas, en el cual se relata el episodio del nacimiento del niño Jesús en el pesebre. Francisco entonces hizo una casa de paja, a modo de portal, llevó los animales de corral que describe la biblia y convenció a los pobladores del sitio a que juntos recrearan la escena. A partir de ese momento, el pesebre ha formado parte de las tradiciones navideñas alrededor del mundo.
Los reyes magos
En la cultura occidental la fiesta de reyes es muy importante; generalmente es un día de hacer entrega de regalos a los niños, recordando los presentes que ante Jesús llevaron estos magos de oriente. Se les dice magos porque eran científicos, alquimistas, observadores de los movimientos estelares.
Algunos investigadores han confirmado que hacia la fecha del nacimiento de Jesús hubo un acontecimiento astronómico visible importante y que, es probable, se haya relacionado como un signo divino en la cultura oriental, movilizando a esos magos a encontrar a Dios hecho hombre en el niño Jesús.